lunes, 6 de junio de 2016

MANTIENEN VIVA LA MEMORIA DEL PADRE AVELINO SÁNCHEZ

EMITEN FASCICULO DE 21 PÁGINAS PARA MANTENER VIVA LA MEMORIA DEL PADRE AVELINO SÁNCHEZ.


Acaba de salir un fascículo de 21 páginas emitida por la Comunidad Salesiana del Pío XI con el objeto de mantener viva la memoria del sacerdote salesiano AVELINO SÁNCHEZ VAQUERO, fallecido el 26 de febrero del 2015 en la ciudad de Caracas.
De entrada el manifiesto señala que " A distancia de un año, vivimos aún los recuerdos imborrables de su persona, de su sencillez y de su alegria...... Esta carta sale retrasada, pero lo hacemos con los mismos sentimientos que la despedida despertó en cada uno de nosotros" escribe la Comunidad Salesiana del Pío XI.
El padre Avelino Sánchez había nacido el 31 de Enero 1917 en Villalba de los Alcores (Valladolid-España). Sus padres Emeterio Sánchez y Cándida Vaquero, le ofrecieron un hogar cálido y cristiano, germen fecundo de su llamada vocacional, señala el pequeño libito sobre su vida.
Su misión sacerdotal la llevó fundamentalmente en el Territorio Federal Amazonas , a su capital Puerto Ayacucho llega el 27 de enero de 1950.cuando apenas tenía 200 habitantes. A partir de ese momento todo su ejercicio ministerial lo llevó a cabo en la Amazonía venezolana hace ya 65 años. O sea que vió de cerca la evolución histórica de nuestro querido Amazonas.
En lo personal, nuestro reconocimiento además de su tarea misionera, la cual llevó a cabo en casi todas las casas misioneras de la región a excepción de la Isla de Ratón, a su experiencia magisterial en el Colegio Pío XI, donde estudié entre 1958 y 1963 y donde fue mi profesor de Castellano. Gracias a su labor pedagógica pude conocer en profundidad las las normas para la lectura y escritura del idioma mayoritario hablado en Venezuela. Recuerdo sus enseñañzas a partir del uso de la Gramática Española, de la Sintaxis y la Ortografía, las cuales me facilitaron todos mis estudios realizados posteriormente. Pero más allá de todo esto su calidez humana a pesar de su nivel de exigencia en la disciplina. Además hoy recuerdo su gran amistad con mi abuela Clemencia, con mi madre Merlina y con mi tío Juan Eduardo Noguera. De ellos aprendí a reconocerlo como un gran amigo de nuestra familia


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